Clima, biodiversidad y cambio climático

Economía sostenible: un riesgo por ser calculado

  • Los Bancos Públicos de Desarrollo (BPD) enfrentan desafíos para alinear esa viabilidad financiera con objetivos ambientales y sociales.

Cartagena (Colombia), 4 de septiembre de 2023. El mundo necesita mecanismos más avanzados, tecnológicos y flexibles para la predicción, medición e impacto de la inversión para la adaptación y mitigación del cambio climático y que puedan conducir a la mejor fórmula posible entre el Acuerdo de París y la economía cero.

Este fue uno de los puntos centrales de las conversaciones en torno al clima, la biodiversidad y el cambio climático durante la Cuarta Cumbre Finanzas en Común realizada en Cartagena, Colombia, donde se subrayó que, aunque esta discusión no parte de cero, sí necesita más tecnología y una visión conjunta de que los riesgos relacionados con el clima y la naturaleza están interconectados.

Además, se destacó la necesidad de crear una conciencia colectiva de que toda actividad económica alrededor del planeta, por simple que sea, debe mitigarse y ser sostenible. Lo anterior pasa por ir sustituyendo grandes fuentes de emisión de manera paulatina y organizada.

Los Bancos Públicos de Desarrollo (BPD) enfrentan desafíos para alinear esa viabilidad financiera con objetivos ambientales y sociales. Si bien intentar avanzar hacia una economía neta cero requiere inversiones en iniciativas sostenibles, estos proyectos pueden no siempre pueden ofrecer beneficios financieros inmediatos y parecer riesgosos según los estándares financieros actuales.

De esta manera los BPD buscan encontrar métodos de financiación innovadores, como bonos verdes garantías e innovación financiera, para atraer inversión privada y mantener sus objetivos de una economía global cero emisiones.

Los BPD pueden integrar el papel de la recopilación de datos de mejor calidad, la intersección de las dimensiones sociales con la vulnerabilidad climática y la definición de indicadores de seguimiento específicos, influyendo de manera positiva y general sobre los gobiernos, el sector privado y las comunidades. Esto gracias a que las instituciones tienen diferentes experiencias y aprendizajes en la forma de abordar todo tipo de problemas sociales y climáticos a lo largo del mundo.

Al respecto, Nicole Pinko, analista senior de Climate Policy Initiative (CPI), señala que “actualmente no existe un enfoque único ampliamente comprendido o adoptado para que las instituciones financieras alineen sus inversiones o carteras con el Acuerdo climático de París, aunque los dos enfoques principales son ‘Proyecto alineado con París’ y ‘Enfoque de cartera neta cero’ a menudo utilizados por los sectores público y privado”.

A través de una revisión exhaustiva de la literatura y de una serie de entrevistas con expertos externos y bancos públicos de desarrollo, Climate Policy Initiative encontró que cada enfoque tiene una variedad de beneficios y debilidades y cómo podrían implementarse en el amplio panorama de los bancos públicos de desarrollo.

Un enfoque de proyecto alineado con París tiene una conexión más fuerte con las reducciones de emisiones de la economía real, mientras que un enfoque de cartera neta cero permite una medición más cuantitativa. Ambos enfrentan dificultades en cuanto a limitaciones de datos y supuestos de emisiones anteriores.

Si bien el análisis aún está en curso, un enfoque híbrido (que tome las partes más integrales y efectivas de cada uno) puede ser la mejor manera para que los bancos públicos de desarrollo creen reducciones duraderas de emisiones en la economía real.

En particular, los BPD en la región de América Latina y el Caribe han estado trabajando en la creación de una mayor capacidad institucional para comprender qué son los riesgos climáticos físicos y de transición y cómo afectan sus operaciones. Avanzan en particular en la identificación de amenazas climáticas relevantes que afectan a sus clientes, incluyendo los contextos geográficos y sectoriales.

Así lo comentó, Lauren Biddiscombre, subjefe ejecutivo de operaciones de la Agencia Francesa de Desarrollo (AFD) y del Club de Bancos para el Desarrollo. “El camino hacia la alineación con el Acuerdo de París pondrá a prueba nuestra cultura, intelecto y voluntad y debemos estar a la altura del desafío”.

Adama Mariko, secretario general de FICS, también afirmó que “no vamos a salir de aquí sin tener una agenda clara de en qué deberían trabajar los bancos de desarrollo público en estos próximos cinco años. Por lo tanto, en cada sesión, tomaremos nota de las mejores ideas que tengan las personas, cuáles son sus metas, cuáles son sus objetivos, para que podamos reunir todo eso y mostrar al mundo que podemos tener un plan en el que todos trabajemos y por el cual podamos rendir cuentas y cumplir con las expectativas de los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible)”.

Como próximos pasos potenciales, uno clave es que los riesgos relacionados con el clima se incluyan en las estrategias de gestión de riesgos de la institución. Además, una vez que se identifican las vulnerabilidades de la cartera de crédito, es fundamental traducirlas en impactos financieros para que los BDP incorporen los riesgos y oportunidades relacionados con el clima en su planificación estratégica y conduzcan con éxito el capital y hagan realidad las inversiones en mitigación y adaptación climática desde el enfoque de París y el de una economía cero.

La Amazonía, un gran ejemplo

Una primera experiencia de estos logros es la de la Amazonía. Los bancos de desarrollo nacionales y subnacionales han venido resolviendo importantes fallas del mercado para promover el desarrollo sostenible en la Amazonía, incluida la falta de financiamiento, coordinación y conocimiento técnico.

La Coalición Verde de Bancos de Desarrollo es el brazo de implementación del Programa Amazonía Siempre que busca resolver dos desafíos clave para la región: la falta de recursos financieros disponibles para inversiones y el nivel de madurez de la cartera de proyectos existente. La iniciativa se basa en cinco pilares: combatir la deforestación, bioeconomía, personas, ciudades sostenibles y agricultura, ganadería y silvicultura sostenibles y bajas emisiones de carbono.

Al formar parte de la Coalición Verde para Bancos de Desarrollo, los bancos nacionales y subnacionales de países de la región amazónica colaborarán para crear e implementar soluciones financieras y brindar apoyo técnico para abordar estos cinco pilares.

Esto se hará teniendo en cuenta las características locales y regionales con el objetivo de facilitar la expansión de empresas que prioricen la sostenibilidad social, ambiental y económica. Estos esfuerzos promoverán empresas productivas inclusivas para hacer crecer en armonía el bioma amazónico, trabajando simultáneamente para disminuir las disparidades sociales y regionales.

La Coalición Verde brindará apoyo financiero y técnico a proyectos públicos y privados que promuevan alternativas económicas sostenibles, inclusivas y climáticamente positivas para la región. Se aplicará un enfoque holístico, con proyectos que promuevan el empleo local y las oportunidades de ingresos, especialmente para las familias de bajos ingresos.

Ajustes a los modelos y compromisos adoptados

Los BDP necesitan marcos avanzados de evaluación de riesgos para capturar los riesgos ambientales, sociales y financieros, al mismo tiempo que se adaptan a las regulaciones y políticas cambiantes que podrían afectar la viabilidad del proyecto y causar retrasos en la estrategia.

La velocidad con la que estos sean adoptados es crucial en la lucha del cambio climático, pero también lo son las decisiones que respalden estas políticas. De acuerdo con los resultados de una autoevaluación elaborada por la División de Mercados Financieros del BID, y considerando 14 bancos públicos de desarrollo de la región, el 64% de las entidades ha expresado públicamente -o a través de su política o estrategia- su compromiso con las metas nacionales para alcanzar el Acuerdo de París y han tomado acciones concretas para alinear sus operaciones.

Estos BPD aún enfrentan el desafío de traducir los compromisos climáticos en objetivos y metas específicas, tanto para la colocación de productos de financiamiento climático, como para la reducción de la intensidad de carbono de su cartera.

En términos de gestión de riesgos, el 64% de los LDB (Local Development Banks) ya cuenta con un mecanismo aprobado para la identificación y gestión de riesgos ambientales y sociales, y en el 36% de estas entidades este proceso ya incorpora el riesgo climático.

El 14% de los Local Development Banks participantes en este sondeo ya está evaluando la resiliencia de su cartera y definiendo el alineamiento de su política de colocación de crédito con respecto al cambio climático, y un 7% adicional ha planteado hacerlo en los próximos 12 meses.

El 64% de las entidades cuenta con una definición o criterios específicos aprobados y vigentes para identificar y clasificar operaciones de crédito o proyectos productivos que contribuyan a mitigar o adaptarse al cambio climático.

No obstante, hay un gran desafío en definiciones de política pública de gran calado. El 71% de los BGF aún no ha explorado la adopción de una política de exclusión o una estrategia de eliminación gradual de colocación de financiamiento en sectores o actividades económicas intensivas en emisiones de carbono. Tan solo un 21% tiene la intención de adoptar dicha política en los próximos 12 meses. Y un mínimo, equivalente al 8% restante, dice que no adoptará una política de exclusión o eliminación gradual por ahora.

En conclusión, este es un trabajo que empieza a tener efecto y es a través del consenso y del intercambio de experiencias basadas en resultados como se logra el cambio de pensamiento. Como lo vimos hay mucha innovación e interés en lograrlo en muy corto tiempo.

CÓDIGO DE VESTUARIO​

Cartagena cuenta con un clima tropical, cálido y húmedo, con temperaturas promedio entre 28°C – 32°C.​​

El código de vestuario para la agenda de la Cumbre es Business casual (sin corbata). Recomendamos el uso de tejidos frescos y ligeros.​

4-6 SEPTIEMBRE 2023