Datos clave Cumbre FICS

La urgente necesidad de priorizar inversiones para abordar el cambio climático, la pobreza
y el hambre:

Datos de Contexto para la Cuarta Cumbre Finanzas en Común
Cartagena, 4 al 6 de septiembre de 2023


Introducción

Los datos más recientes proporcionados por organismos internacionales como la
Organización de las Naciones Unidas (ONU), el Programa de las Naciones Unidas para el
Desarrollo (PNUD) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la
Agricultura (FAO), arrojan luz sobre la magnitud dramática de los efectos interconectados del
cambio climático, la pobreza y el hambre en todo el mundo. Ante esta coyuntura, es
imperativo enfocar y priorizar una serie de inversiones trascendentales en los próximos diez
años con el fin de atenuar y resolver estos desafíos críticos.

El Impacto del cambio climático en la seguridad alimentaria global

El fenómeno del cambio climático ejerce una influencia de dimensiones extraordinarias sobre
la seguridad alimentaria mundial. En 2019, la estimación indicaba que aproximadamente 828
millones de personas (cerca de un 10% de la población global) padecían insuficiencia de
alimentos. Esto afecta de manera desproporcionada a África, Asia y América Latina, en orden
descendente de severidad. No obstante, es alarmante observar que esta cifra se proyecta
para aumentar a 1.026 millones de personas en 2030 si no se toman medidas contundentes
para paliar este panorama.

La vulnerabilidad de las poblaciones marginadas ante el cambio climático

El impacto del cambio climático es particularmente agudo en las poblaciones más vulnerables
las cuales se ven agravadas por carencias en educación, infraestructura, atención médica y
acceso a condiciones esenciales. Estas comunidades experimentan con mayor intensidad los
embates de sequías, inundaciones y tormentas que, además, desencadenan
desplazamientos, pérdida de medios de subsistencia y un incremento en los precios de
alimentos y artículos básicos como vestimenta y refugio.

El cuadro de la pobreza extrema en el mundo

Una imagen contundente emerge al analizar la distribución global de la pobreza extrema.
Ningún rincón del mundo se encuentra exento de este flagelo que afecta a millones de
personas. África surge como el epicentro más afectado por la pobreza extrema, con más de
900 millones de personas viviendo con ingresos diarios inferiores a 1,9 dólares. Los países más golpeados en esta región son: Nigeria, Etiopía, República Democrática del Congo,
Mozambique y Uganda.

Asia, la segunda región más impactada por la pobreza extrema, alberga a más de 500 millones
de personas que sobreviven en esta condición con menos de 2 dólares al día. Naciones como
India, China, Bangladesh, Pakistán e Indonesia encabezan la lista de países más afectados.

En América Latina y el Caribe la pobreza extrema afecta a más de 100 millones de personas
quienes subsisten con ingresos limitados. Países como Brasil, México, Colombia, Argentina y
Perú enfrentan desafíos considerables en esta materia.

Por su parte, Oriente Medio y el Norte de África registran más de 100 millones de personas
viviendo en condiciones de pobreza extrema. Sobresalen naciones como Yemen, Siria, Irak,
Irán y Líbano.

Acceso a servicios básicos y la crítica necesidad de inversión

La ausencia de acceso a servicios fundamentales, tales como agua potable y saneamiento
básico, constituye un problema apremiante. África, Asia y América Latina presentan niveles
alarmantes de carencia. El 33% de la población africana no cuenta con acceso a agua potable,
mientras que en Asia y América Latina los porcentajes son del 25% y 15%, respectivamente.

Requerimientos de inversión

Organismos internacionales, incluyendo la ONU y la Organización para la Cooperación y el
Desarrollo Económicos (OCDE), estiman que los montos de inversión necesarios para afrontar
conjuntamente los desafíos del cambio climático, la pobreza y el hambre ascienden a
US$100.000 millones anuales para abordar los factores climáticos y a US$500.000 millones de
dólares para financiar soluciones a la pobreza y el hambre.

Opciones de inversión para mitigar los desafíos

Diversas alternativas de inversión pueden contribuir a la mitigación de los efectos del cambio
climático, la pobreza y el hambre. La apuesta por energías renovables, por ejemplo, no sólo
reduciría las emisiones de gases de efecto invernadero, sino que también se proyecta para
generar hasta 24 millones de empleos en el mundo.

Asimismo, la inversión en agricultura sostenible se perfila como una vía efectiva para
aumentar la productividad agrícola, contrarrestar la degradación del suelo y fortalecer la
resiliencia ante el cambio climático, beneficiando a alrededor de 1.000 millones de personas.
Por último, la implementación de sistemas de protección social podría proteger a hasta 1.500
millones de personas en todo el mundo de los impactos adversos del cambio climático, la
pobreza y el hambre.

Conclusiones

En conclusión, los datos proporcionados por la ONU, el PNUD y la FAO presentan una imagen
desoladora de la interacción entre el cambio climático, la pobreza y el hambre en el contexto
global.

La magnitud de estos desafíos exige inversiones significativas y estratégicas en energías
renovables, agricultura sostenible y sistemas de protección social con el fin de lograr un futuro
más equitativo y sostenible para las generaciones venideras. Las estimaciones de inversión
brindadas por organismos internacionales resaltan la necesidad de un compromiso global y
acciones inmediatas para revertir estas tendencias alarmantes.

Generación de oportunidades económicas

La inversión en educación puede ser un catalizador de oportunidades económicas sostenibles.
La educación no solo permite a las personas acceder a empleos de mayor calidad y
remuneración, sino que también fomenta la innovación y el espíritu emprendedor.

Una fuerza laboral educada puede contribuir al crecimiento económico al participar en
industrias de mayor valor agregado y alentando el desarrollo de sectores tecnológicos y
creativos. Además, la educación puede disminuir la dependencia en empleos informales y de
bajos ingresos, lo que en última instancia contribuye a la reducción de la pobreza.

Desarrollo de capital humano

La educación contribuye al desarrollo del capital humano que engloba habilidades,
conocimientos y competencias que las personas pueden aportar a la sociedad. El capital
humano es un recurso valioso que puede aumentar la productividad individual y colectiva,
mejorando así las perspectivas económicas y sociales.

A medida que las personas acceden a una educación de calidad, adquieren habilidades
transferibles que pueden utilizar en diversos contextos, lo que fortalece su capacidad para
adaptarse a los cambios económicos y tecnológicos.

Efecto multiplicador en el desarrollo

La inversión en educación tiene un efecto multiplicador en el desarrollo y la reducción de la
pobreza. Cuando las personas acceden a la educación se crea un ciclo virtuoso en el que están
mejor posicionadas para mejorar su calidad de vida y la de sus familias. La educación también
se correlaciona con la toma de decisiones informadas en temas de salud, planificación familiar
y bienestar económico, lo que contribuye a la disminución de la mortalidad infantil y a la
mejora de la salud en general.

Según la ONU, para lograr una reducción significativa en los índices de pobreza y avanzar hacia
el objetivo de disminuir la pobreza en alrededor del 20%, se recomienda que los países
inviertan al menos entre el 4% y 6% de su Producto Interno Bruto (PIB) en educación.

Estas cifras se basan en análisis y recomendaciones de organismos internacionales, incluida
la UNESCO, que han identificado la inversión en educación como una herramienta esencial
para el desarrollo económico y la reducción de la pobreza.

La Cumbre Finanzas en Común y su rol en la lucha contra la pobreza y el cambio climático

La Cumbre Finanzas en Común es una plataforma que reúne a bancos de desarrollo de todo
el mundo y que ha desempeñado un papel crucial en la lucha contra la pobreza y el cambio
climático al impulsar la alineación de las políticas públicas con el cumplimiento de los
Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas.

Durante sus tres reuniones principales, la Cumbre ha abordado la necesidad imperativa de
priorizar inversiones públicas para abordar estos desafíos globales, destacando aciertos y
delineando desafíos apremiantes en este frente.

  • Primera Cumbre (2017): La primera Cumbre Finanzas en Común sentó las bases para un diálogo colaborativo entre los bancos de desarrollo enfocándose en la importancia de las inversiones públicas responsables. Se reconocieron los vínculos entre la lucha contra la pobreza y la mitigación del cambio climático. El rol determinante de estos bancos radicó en la promoción de proyectos sostenibles que generan un impacto social positivo, como el acceso a energía limpia y servicios básicos en regiones desfavorecidas.
  • Segunda Cumbre (2019): En la segunda reunión se consolidó el compromiso de los bancos de desarrollo con la Agenda 2030 y el Acuerdo de París para mitigar el cambio climático. Se subrayó la necesidad de redoblar esfuerzos para movilizar recursos financieros hacia proyectos que abordan simultáneamente la pobreza y el calentamiento global. Los bancos se enfocaron en la inversión en infraestructuras resilientes y sostenibles, promoviendo así un desarrollo equitativo y una transición hacia economías bajas en carbono.
  • Tercera Cumbre (2021): La tercera Cumbre representó un hito al abordar directamente la necesidad de acelerar la acción en la década crítica hacia 2030. Los bancos de desarrollo se comprometieron a aumentar significativamente sus inversiones en proyectos alineados con los Objetivos de Desarrollo Sostenible y las metas climáticas. Se resaltó la importancia de la inversión en educación, salud y protección social como pilares fundamentales para reducir la pobreza y fomentar la resiliencia ante el cambio climático.

Propuesta para priorizar inversiones públicas

Ante la necesidad de priorizar inversiones públicas para la solución de los desafíos de la
pobreza y el cambio climático, se propone una estrategia integral:

Enfoque integrado de bancos: los bancos de desarrollo deben adoptar un enfoque integral
que reúna las condiciones ambientales y sociales en la planificación de proyectos. Esto
significa evaluar el impacto climático y las implicaciones para la reducción de la pobreza en
cada inversión. Así mismo se traduce en la democratización del acceso al capital por parte de
las iniciativas privadas de menor escala y el impulso decidido a las pymes.

Alianzas Público – Privadas: promover alianzas público – privadas para movilizar recursos
adicionales y experiencias en la implementación de proyectos sostenibles, aprovechando la
experiencia y la innovación del sector privado.

Fomentar la Innovación: estimular la investigación y la innovación en tecnologías limpias,
agricultura sostenible y soluciones asequibles para la energía renovable, creando así
oportunidades económicas y mejorando las condiciones de vida.

Fortalecimiento Institucional: invertir en la capacidad de los gobiernos y organizaciones
locales para diseñar e implementar proyectos sostenibles que aborden las necesidades
locales y contribuyan a la erradicación de la pobreza.

Aciertos y desafíos

Entre los aciertos de la Cumbre de Finanzas en Común se destacan la creación de una
plataforma global de cooperación y aprendizaje entre bancos de desarrollo, mostrando un
enfoque conjunto en la lucha contra la pobreza y el cambio climático. Sin embargo, persisten
desafíos urgentes como la movilización de recursos financieros suficientes, públicos y
privados, así como la garantía de una distribución equitativa de los beneficios y la necesidad
de acelerar la implementación de proyectos sostenibles a gran escala.

En última instancia, la Cumbre de Finanzas en Común representa una oportunidad
significativa para abordar de manera efectiva los desafíos interconectados de la pobreza y el
cambio climático a través de inversiones públicas estratégicas y una colaboración
internacional sólida. Su impacto continuo surgió de la voluntad política y del compromiso con
la acción sostenible en todas las esferas de la sociedad global.

CÓDIGO DE VESTUARIO​

Cartagena cuenta con un clima tropical, cálido y húmedo, con temperaturas promedio entre 28°C – 32°C.​​

El código de vestuario para la agenda de la Cumbre es Business casual (sin corbata). Recomendamos el uso de tejidos frescos y ligeros.​

4-6 SEPTIEMBRE 2023